sábado, 14 de abril de 2007

El precio de la verdad



Hoy hemos estado viendo en clase la película El precio de la verdad, basada en la historia real de un periodista, Stepehen Glass, que inventó las historias de los reportajes que escribió para que la gente estuviera contenta con él y le quisiera más. Según sus propias palabras declaradas en la CBS: "I wanted them to think I was a good journalist... a good person. I wanted them to love the story so they would love me".


El periódico digital que destapó la mentira fue Forbes. Éste periódico trata temas económicos y a través de un artículo sobre hackers destaparon toda la trama de mentiras escrita por el periodista. Que desde luego fue despedido y no volvió a trabajar en ningún medio. Uno de los periodistas de Forbes, Adam Penenberg, escribió un artículo poniendo en tela de juicio la veracidad de los reportajes de Glass, The New Republic, la revista en la que trabajaba Glass, le despidió y publicó una disculpa a todos sus lectores.


Esto nos debería hacer recapacitar sobre la credibilidad de los medios y sobre todo de las personas que trabajan para ellos. Nosotros, como público, nos creemos todo lo que se publica, porque confiamos en que esas personas que escriben en grandes periódicos o revistas tengan la deferencia y la moral suficientes como para no mentir e intentar hacer lo mejor posible su trabajo. A veces nos olvidamos de pasar esa información por un filtro personal y atisbar si realmente es creíble o no.


Aun así, el mayor error no es del público ni mucho menos, sino de un periodista que por el éxito y el reconocimiento dejó a un lado lo que era más importante para su trabajo, la verdad. Porque al fin y al cabo lo que debe hacer un periodista es hacer llegar la realidad al público y mantenerle informado. Es más importante que sea verídico a que sea vendible, pero eso es algo que Glass no tuvo en cuenta.

Aquí os pongo un video con imágenes de la película, para que os entretengáis los que ya la habéis visto y os entren ganas de verla a los que no.

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